Se trataba de Aster, de Anfípolis, el más hábil arquero de su tiempo. ¿Y por qué Aster no formó parte del ejército de Filipo? Porque el rey de Macedonia prefirió hacer un chiste. Así, cuando Aster solicitó ver a Filipo y una vez ante él se presentó ofreciendo sus servicios como un arquero tan excepcional que a flechazos mataba golondrinas en pleno vuelo, el monarca le contestó:
- Os tomaré a mi servicio, pues, cuando declare la guerra a las golondrinas.
Ante la risotada general de los presentes, Aster, humillado, se marchó. Y como buen mercenario, siguió buscando patrón. Lo encontró en el enemigo de los macedonios.
Habiendo puesto sitio Filipo a la ciudad de Matena, en ella corrió Aster a meterse y resistir. Cuando el ejército macedonio estaba frente a la ciudad, desde lo alto de las murallas Aster quiso demostrar que no había exagerado con respecto a su puntería. Por ello, puso en una de sus flechas la siguiente inscripción: "AL OJO DERECHO DE FILIPO", y la lanzó. La flecha dio en el blanco, y en el ojo entero, reventándolo.
Filipo de Macedonia se quedó tuerto, y así dicen que por primera vez en la Historia que se sepa, hacer un chiste le costó a un rey un ojo de la cara.